El protocolo sagrado del gym

Todo espacio de trabajo tiene su propio código de conducta, y el gimnasio no es menos. Si quieres que te respeten en la sala de musculación repasa las normas que se muestran a continuación :)

Índice de contenidos

1. Hazte oír

Si algo está roto o descuidado, no te pongas a refunfuñarle al tipo que tienes al lado. Probablemente él esté ahí para evadirse de los problemas, no para que le coman la oreja. Díselo a un entrenador o comunícalo en recepción: tus músculos te lo agradecerán.

2. Oídos bien abiertos, boca cerrada

La gente normalmente no hace caso de los consejos gratis, así que no te dediques a explicar las virtudes de la rutina que estás realizando. A no ser que te pregunten, claro

3. Aplica las normas de tráfico

El que carga el peso, es el que tiene preferencia de paso, sin que importe lo grande o pequeño que sea el peso. Apártate enseguida, cede siempre el paso

4. Apaga el teléfono móvil

A menos que te encuentres en una situación de emergencia, apaga el teléfono durante el ejercicio. Todo el que te oiga charlar pensará que no te tomas la rutina en serio. Trabaja los músculos del cuerpo, no de la mandíbula

5. No es una carrera

Está muy bien competir en la pista, pero con con el tipo de la cinta de correr que tienes al lado. Quién sabe, alomejor es un novato o un tipo con problemas cardiovasculares. Compite contra ti mismo, no seas necio/a

6. Mirada al frente

Piensa en el gimnasio como en el aula de un examen. No pasa nada porque levantes la vista y mires qué pasa, pero no te quedes mirando fijamente al tipo de al lado, aunque te mueras de ganas por que te explique sus secretos.

7. Los espejos, de pasada

Los espejos están ahí para comprobar que tu postura es la correcta. Úsalos para asegurarte de que trabajas bien, no para buscarte puntos negros y/o quedarte horas admirando tu belleza.

8. Piensa en los demás

Trata la sala de pesas como una zona de picnic: déjala exactamente como la has encontrado. Vuelve a colocar las mancuernas en su soporte y saca los pesos de las barras cuando hayas acabado con ellos. Plantéatelo como parte de tu periodo de recuperación.

9. No dejes rastro

Lo único que deberías dejar en el banco tras tu paso por él es la huella de tus músculos, producto de la presión de los grandes pesos que has levantado. No dejes grandes charcos con tu ADN para el que venga detrás. Sécalo bien o extiende una toalla por encima antes de empezar.

10. Sé fuerte y silencioso

En la oficina, cuanto menos sabe alguien, más ruido se dedica a hacer. En el gimnasio, cuanto menos peso levanta alguien, más ruido intenta hacer. No dejes caer los pesos, es una muestra de debilidad y de querer llamar la atención. No lo hagas…

11. Se conciso

No te enrolles con tus conocimientos. Sé conciso y ve al grano. El tipo de la máquina de al lado no quiere saber cómo acabó la borrachera de anoche.

12. Respeta el espacio personal

Dale a los otros usuarios un espacio de al menos el doble de la longitud de sus brazos en todas las direcciones. Siempre pueden ocurrir accidentes inesperados, así que no dejes que tu bienestar dependa del pulso de este tipo tan entusiasta con el ejercicio que se te ha puesto al lado.

13. Deja el karaoke para los bares

Lo último que quiere oír el resto del gimnasio es tu versión de Enter Sandman. Concéntrate en mantener el ritmo de la respiración, no en cantar al ritmo de la música. Haciéndolo así, tus pulmones obtendrán más oxígeno, y podrás levantar más.

14. Para pasear, el parque

Para pedalear necesitas una bici, para remar un bote, pero si vas a caminar, vete a la calle y no bloquees las cintas de carrera.

15. Dos es compañía, tres es multitud

Es de buena educación compartir una máquina, pero nunca pidas compartirla si vas a entrenar con un compañero. El descanso entre series sería demasiado largo, lo que reducirá la intensidad del programa de los tres.

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